Por ejemplo, los dramas para adultos suelen considerarse menos rentables que otros géneros, como las comedias o las películas de acción. Esto se debe a que los dramas para adultos suelen requerir personajes e historias más complejos y es posible que no atraigan a una audiencia tan amplia. Como resultado, los estudios suelen estar menos dispuestos a invertir en dramas para adultos y es menos probable que den luz verde a estos proyectos.
Además, el auge de los servicios de streaming también ha repercutido en la producción de dramas para adultos. Los servicios de streaming suelen tener una barrera de entrada más baja que los estudios tradicionales, lo que significa que los cineastas y escritores independientes pueden producir más fácilmente su propio contenido. Sin embargo, esto también significa que hay más competencia por la atención de los espectadores y es menos probable que los dramas para adultos se destaquen en el mar de contenido disponible.
A pesar de estos desafíos, todavía hay muchos escritores y directores comprometidos con la realización de dramas para adultos. A estos cineastas les apasiona contar historias complejas, llenas de matices y que hagan reflexionar. Creen que los dramas para adultos tienen un poder único para conectar con el público y explorar importantes cuestiones sociales y políticas.