1. Pérdida de ingresos:
- La quiebra puede provocar que el distribuidor no pueda pagar a los cineastas los ingresos acordados por la distribución de la película, incluidos los ingresos de taquilla, las regalías de streaming y los derechos de licencia.
2. Interrupción de la Distribución:
- Si la distribuidora cesa sus operaciones por quiebra, los esfuerzos de distribución y promoción de la película pueden paralizarse, dejando la película sin la adecuada visibilidad y alcance en el mercado.
3. Propiedad de derechos incierta:
- Los procedimientos de quiebra pueden crear ambigüedad en cuanto a los derechos de propiedad de la película y sus derechos de distribución. Esto puede dar lugar a disputas o complicaciones legales para los cineastas que deseen explotar su película a través de canales alternativos.
4. Desafíos legales:
- Los procedimientos de quiebra pueden implicar procesos legales y negociaciones complejos con los acreedores, lo que podría obstaculizar los esfuerzos de los cineastas por recuperar una compensación o hacer valer sus derechos.
5. Pérdida de soporte de promoción y marketing:
- Es posible que un distribuidor en quiebra no pueda proporcionar la promoción y el apoyo de marketing necesarios que la película necesita para llegar a su público objetivo, lo que limita su éxito.
6. Impacto en la reputación de la película:
- Estar asociado con un distribuidor en quiebra puede afectar negativamente la reputación y la comerciabilidad de la película, lo que dificulta que los cineastas consigan futuros acuerdos de distribución o financiación.
7. Residuos y Regalías:
- La quiebra puede dar lugar a que los cineastas no reciban los derechos residuales y derechos a los que tienen derecho por la distribución de su película, lo que provocaría pérdidas financieras.
8. Control y toma de decisiones limitados:
- Una vez que un distribuidor quiebra, los cineastas pueden perder el control sobre cómo se comercializa y distribuye su película, comprometiendo potencialmente su visión e intenciones artísticas.
9. Dificultad para adquirir una nueva distribución:
- Una película asociada con un distribuidor en quiebra puede enfrentar desafíos para conseguir nuevos acuerdos de distribución, ya que los distribuidores pueden desconfiar de asumir proyectos que conllevan incertidumbres debido a la quiebra.
10. Daño a las Relaciones Profesionales:
- El fracaso de un distribuidor puede dañar las relaciones profesionales que los cineastas han construido dentro de la industria, dificultando la colaboración con socios en proyectos futuros.
Para mitigar estos riesgos, los cineastas deben examinar diligentemente a los posibles distribuidores, revisar minuciosamente los contratos, considerar estrategias de distribución independiente y buscar asesoramiento legal para proteger sus intereses y minimizar su exposición a pérdidas financieras en caso de quiebra de un distribuidor.