El editor:un trabajo que bien hecho pasa desapercibido. Para ser un buen editor, uno debe sentir el ritmo de una escena, ser capaz de transmitir una emoción fluida y convencerlo a usted, el espectador, de la verdad que se desarrolla en la pantalla. En este supercorte de Every Frame a Painting, el trabajo del editor se desglosa con ejemplos. Las mejores escenas del cine no tendrían vida sin el magistral e instintivo corte y empalme realizado por el editor.
"Existe una relación intrínseca entre la historia misma y el ritmo con el que la cuentas", dice el destacado editor Walter Murch. "La edición tiene que ver en un 70% con el ritmo", estima. Los mejores narradores pueden usar este principio de ritmo para atraerlo a la historia. Predominantemente en los matices más pequeños de la vida retratados en la pantalla, el fluir del montaje del editor es lo que te permite entrar en el mundo creado. Es un instinto:saber cuándo cortar en el momento adecuado y cuándo esperar. "Una de las cosas que Marty siempre me animó a hacer es mantener la escena demasiado tiempo", recuerda Thelma Shoonmaker de su trabajo con el famoso director Martin Scorsese. Cada decisión de detener o cortar puede tener efectos dramáticamente diferentes en el espectador.
Un gran editor considera muchas preguntas importantes. ¿Cómo se desarrolla la emoción? ¿Cuántos fotogramas necesita un sentimiento específico? Teniendo en cuenta todos y cada uno de los movimientos de la historia que se cuenta, se deja espacio para que el espectador entre en el mundo que se representa. El editor opera por instinto; es un proceso natural de saber cuándo cortar. Los mejores editores son los que pueden sentir la historia. Entonces, si la edición es tan instintiva, ¿cómo se aprende? Every Frame a Painting responde a esta pregunta y cambiará la forma en que consideras tus películas favoritas.
[a través de Every Frame A Painting]